Aún en silencio muchas veces me pongo a pensar en qué sería la vida si no existiera la esperanza, esos pequeños destellos de que sí se puede aunque todo se vea perdido.
Una de las grandes luchas de la vida diaria consiste en conservar la esperanza, que si bien uno puede actuar y caer y caer y caer y caer, pero algún día con mucho esfuerzo permaneces de pie, es entonces que te das cuenta que todo el esfuerzo, tu gran lucha tuvo un resultado, que no te rendiste jamás y aunque en muchas de las caídas hayas luchado contra tí mismo, diciendo, por qué rayos continuar si parece que no hay salida?, para que esforzarme si no se puede? qué gano intentándo algo imposible?
pero de algo estoy muy seguro, los que vencen también caen, pero a diferencia de los que pierden aquellos que vencen aprenden a levantarse, y cuando después de muchas fallas, pero muchas fallas logran su objetivo, por extraño que parezca, nadie se acuerda de sus fallas, de sus luchas, de su esfuerzo, nadie se pregunta cómo lo hizo, simplemente se enfocan a los resultados, y es cierto cuando logramos algo nos concentramos más en el logro que en recordar todo el esfuerzo.