Las actitudes negativas hacia otros grupos sociales, tienen múltiples consecuencias en la vida de las personas, tanto de las víctimas como de los victimarios. Una de las principales consecuencias es la discriminación anteriormente mencionada.
Para las personas discriminadas, actitudes este tipo generan exclusión y aumentan las brechas sociales de los grupos humanos. Las personas discriminadas suelen tener menos acceso a servicios sociales y educativos. Esta ha sido la situación, por ejemplo, de muchas mujeres, y continúa siendo un problema en culturas tradicionales.
A nivel personal, los prejuicios influyen en la manera de percibir la realidad, en la forma de aprender, de interpretar estímulos ambiguos, en el tipo información que se retiene, en los materiales que se revisa, etc. Todo ello tiene como consecuencia una parcialización personal en tanto la nueva información recibida no va a hacer más que reforzar los prejuicios, antes que reformular las creencias y actitudes. De igual manera, los prejuicios están vinculados con la falta apertura mental de las personas hacia nueva información. Las personas menos prejuiciosas tienen más facilidad para entender información acerca de valores culturales distintos.
Por otro lado, también es posible crear en las personas estereotipos o prejuicios que no existían, de los cuales se puede generar conductas manipuladas. Esta situación se ha visto en varios estudios. Citaremos como ejemplo, una investigacion en la que se describió a un grupo de personas las características que suele tener un anciano (problemas de memoria, dificultades para caminar).
Lo que se pudo observar posteriormente, fue que dicha información generó un cambio de actitud en los sujetos del estudio hacia sus padres o abuelos ancianos; lo que provocó, además, que estos últimos dejaran de cumplir algunos roles y tuvieran más dificultades para caminar.
Otro ejemplo de esta inducción de estereotipos y actitudes prejuiciadas, se puede apreciar en estudios que demostraron que, cuando a alumnas escolares se les hace referencia a la gran capacidad verbal de las mujeres antes de un examen, sus resultados son mejores que si esto no ocurre
FUENTE:www.understandingprejudice.org
Las personas menos prejuiciosas tienen más facilidad para relacionarse con personas distintas y tener vínculos "más sanos" con otros, ya que esto permite tener buenas relaciones independientemente de las características de los demás, favoreciendo un disfrute mayor de las diferencias en términos de creencias y valores, inclusive en relación a temas difíciles como la religión o la política.
En el sentido opuesto, el prejuicio puede tener consecuencias "positivas" para algunas personas, en la medida que aumenta las oportunidades de los grupos mayoritarios. Tal fue el caso de los grupos de blancos en Estados Unidos, quienes tenían una "condición racial" que aumentaba la probabilidad de ser contratados en empresas, frente a una persona con iguales capacidades y experiencia aunque de raza distinta.
Finalmente, cabe mencionar que el prejuicio tiene una contraparte positiva, de tipo adaptativa. Los estereotipos y prejuicios como referentes personales y como estrategias de categorización social, facilitan la toma de decisiones y la respuesta a estímulos sociales. De esta manera, por ejemplo, algunos grupos religiosos tienen claridad sobre el tipo de personas con las que pueden (y quieren) intimar más, una vez que conocen su orientación religiosa; pudiendo tener ante todo lo demás una actitud de negación y rechazo, incluso antes de profundizar en las características especiales.
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